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Alfara del Patriarca, un pueblo que destaca por sus grandes chimeneas, arquitectura que nos devuelve al momento de m%u00e1s esplendor del municipio con sus ladrilleras. Aqu%u00ed podemos encontrar tambi%u00e9n, el Convento de Sant D%u00eddac y la plaza de San Juan de Ribera, repleta de monumentos hist%u00f3ricos de gran relevancia hist%u00f3rica.-cero La Pobla de Farnals ser%u00e1 un agradable descubrimiento. Del deporte al shopping de lujo. En Tavernes Blanques un alto para comprar alguna pieza de Lladr%u00f3, una de las porcelanas m%u00e1s codiciadas en todo el mundo, resulta casi obligatorio. Siguiendo la ruta hacia El Puig de Santa Maria, los pueblos -todos ellos antiguas alquer%u00edas %u00e1rabes- se adivinan desde lo lejos a trav%u00e9s de sus esbeltos campanarios y se suceden hasta casi confundirse.En este punto, las opciones son variadas: senderismo en el monte Picaio, en Pu%u00e7ol, un complejo recreativo en la antigua Cartuja de Ara Christi, en El Puig. Otra buena alternativa es subir a la muntanyeta de la pat%u00e1, desde donde se divisa una excelente panor%u00e1mica de la huerta hasta el mar y del Monasterio del Puig, siguiente punto de nuestro itinerario. El Puig de Santa Maria soruna colina por expreso deseo de Jaime I para poder venerar en ella a la Virgen del Puig. Cuentan que una estatua bizantina con la imagen de la Virgen permaneci%u00f3 oculta bajo una campana durante los quinientos a%u00f1os de dominio musulm%u00e1n hasta que San Pedro Nolasco, siguiendo un reguero de estrellas, la encontr%u00f3. su capilla mayor guarda la imagen de la Virgen y en su c%u00fapula Vergara pint%u00f3 la leyenda del hallazgo. El monasterio, renacentista con elementos barrocos, data del siglo XV ampli%u00e1ndose con posterioridad en los siglos XVI y XVII.