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FUNDACIÓN CASER

La proximidad de estos servicios es crucial. Los CEAS (Centros de Acción Social) permiten a
los y las profesionales sociales realizar una intervención directa, personalizada e integral para
conseguir una recuperación del bienestar total. Para ello, aplican el protocolo de intervención
para las Víctimas de Violencia de Género a todas las mujeres independientemente de la edad
que tengan. El caso es derivado a una responsable de casos y con la cual la víctima mantendrá
una entrevista para una valoración y un diagnóstico con el que se podrá construir un Plan de
Atención individualizado adecuado a sus necesidades.

una característica de la intervención es el seguimiento; la profesional comprobará si los re-
cursos establecidos son los más adecuados. Dos de los recursos más importantes para este
colectivo son principalmente las prestaciones económicas, debido a la falta de autonomía, y
los recursos de alojamiento, por ser los que mayor cambio en el entorno de la mujer producen.

En el análisis de esos dos recursos, aquellos que son accesibles a todas las mujeres ma-
yores son las casas de acogida, los pisos tutelados, programas de viviendas individuales, la
prestación económica para el fomento de la autonomía de las mujeres víctimas de violencia de
género (en adelante VVG), prestación económica para necesidades básicas de subsistencia en
situación de urgencia social, las ayudas de la Ley 35/1995 y las ayudas sociales del artículo 27
de la Ley contra la violencia de género. Esto no significa que se adapten por completo a las
circunstancias de estas mujeres, pero, si son los que más lo hacen. Nos deja ver que no existen
recursos específicamente creados para ellas, por lo que se hace difícil, en algunas ocasiones,
articular recursos que han sido pensados, principalmente, para mujeres jóvenes.

Del análisis y comparación de la intervención que se realiza a las mujeres víctimas de violen-
cia de género y los recursos ofertados desde los Servicios Sociales, hemos concluido que:

• Existe la necesidad de crear un protocolo de actuación específico para mujeres mayores
VVG por presentar unas características y necesidades peculiares que las diferencian de otras
mujeres VVG. La edad y la cultura patriarcal son algunas de las características que, como
profesionales de Trabajo Social, debemos tener en cuenta porque posteriormente deberemos
ofrecer aquellos recursos que fueran adecuados y adaptables a dichas características.

• Los recursos existentes, a pesar de ser numerosos, son insuficientes para cubrir todas las
necesidades de las mujeres mayores VVG. Por esta razón, hemos atendido la parte de la in-
tervención en la que se dota de recursos a la mujer y vemos la necesidad de crear recursos
pensados y desarrollados que se adapten a las circunstancias sociales, culturales, psíquicas
y económicas de estas mujeres.

• No existen suficientes investigaciones ni estudios sobre la violencia de género en mujeres
mayores, tanto a nivel nacional ni autonómico, por lo que únicamente se muestra un interés
conceptual pero no práctico en torno a esta problemática.

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