Una solución
lógica
Rosario
Acosta Nieva
I Premi 2007
73
Conta’m, dona
I Premi 2008
Nunca imaginaron que ese invierno que comenzó
de manera tan trágica, terminaría en el puro júbilo.
La situación empezó a degradarse desde el otoño
porque en septiembre cayó el Chahuiscle en todo
el valle del San Martín. Era la primera vez que es-
cuchaban ese nombre, y si su abuelo no les explica
que se trataba de una plaga que ataca los cereales,
hubieran seguido creyendo que el Chahuiscle era
una especie de vampiro que aterrorizaba a la po-
blación. Si el maíz de la región se secó a causa de
ese hongo rojizo que se pegó a los tallos y las ho-
jas de las plantas, a ellas también se les marchitó la
vida porque les nació un hermano.
Era el primero y fue el único. El Profesor soñaba
con un hijo desde antes de casarse, y cuando supo
que era por fin padre de un varón, corrió a casa a
sacar la caja de habanos que había guardado duran-
te siete años en el fondo de su ropero, y pasó varias
horas, paseándose por San Martín el Grande, rega-
lando puros con olor a naftalina para festejar su ter-
cera paternidad, y la única que a sus ojos contaba.
Tener sólo dos hijas era bastante incómodo, pues
todo macho que se respete tiene que engendrar al
menos otro ser de su mismo género para preservar
su apellido.