Page 71 - Julio 2015
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JFuAlioD2015 Racó judicial                                  Les nostres teràpies71 | 71 |

entorno ha condicionado la forma de vida, producien-
do adaptaciones al medio en el que vivimos, llegando
a modificar nuestro ADN con el único objetivo de la
supervivencia, siendo aplicable a cualquier organismo
vivo. Al fin y al cabo estamos hablando de la epigenética
como mecanismo de evolución de las especies.

Así pues, si nosotros somos un gran conjunto de in-
dividuos bien organizados, ha de haber una forma de
comunicación tan perfecta y avanzada que les permita
saber qué está pasando en todo momento en cualquier
lugar de nuestro cuerpo. Esta red de comunicación es
muy extensa; el sistema nervioso, endocrino, miofascial,
propioceptivo, circulatorio, músculo-esquelético, diges-
tivo... En definitiva, flujos de información. Despolariza-
ciones de las membranas de las células que suponen
cambios eléctricos y bioquímicos, propiedades piezo-
eléctricas o de tensegridad de nuestros tejidos, impul-
sos eléctricos que crean campos electromagnéticos, re-
ceptores sensoriales que detectan presiones, tensiones,
luz, sonido, y cualquier otra forma de energía. Efectiva-
mente, somos y recibimos un flujo constante de distin-
tas formas de energía.

Y esto no debería sonarnos raro como fisioterapeutas;
trabajamos con física y, evidentemente, con energía.

En el ámbito de las “terapias alternativas” esto no es
nada nuevo. La acupuntura, la medicina tradicional chi-
na, el par biomagnético del Dr Goiz, la homeopatía, rei-
ki, etc., trabajan con meridianos, con puntos específicos,
con imanes que crean campos electromagnéticos, con
sustancias, con campos energéticos, con frecuencias...
Todo tiene y emite una frecuencia, y nosotros como se-
res humanos las recibimos y las emitimos. En definitiva,
de nuevo, flujos de información.

El flujo de energía e información se refiere también a
aspectos afectivos, emocionales, cognitivos y psicológi-
cos, geobiológicos, etc.

En el libro de James L. Oschman “medicina energética:
la base científica” nos demuestra científicamente por
qué funcionan estas terapias y explica profundamente
como el sistema fascial o matriz envuelve, comunica e
interrelaciona órganos, vísceras, músculos, nervios, va-
sos sanguíneos y linfáticos, etc. En definitiva, todas las
células de nuestro cuerpo, y cómo las Integrinas (molé-
culas integradas en la membrana celular) comunican o
vinculan el exterior de la célula con la envoltura nuclear
y el contenido genético del núcleo, lo que nos lleva de
nuevo a la epigenética y a la comprensión de nuestro
SER a todos los niveles; intra e interrelación.
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