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FUNDACIÓN CASER

tradicionalmente-, genera una profunda reorganización del sistema tradicional de cuidados,
situación conocida como la crisis de los cuidados (Hochschild,2001; Pérez,2006; Carrasco,2013;
Krüger y Jiménez,2013 y Martín Palomo, 2014).

La Ley 39/2006 de Promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situa-
ción de dependencia (LAAD) se diseña como una de las políticas públicas españolas de mayor
relevancia, nombrándose popularmente como el cuarto pilar del estado de bienestar junto a
la educación pública, el sistema público de salud y las pensiones. La LAAD se enmarca en un
nuevo Sistema para la Autonomía y la Atención a la Dependencia que reconoce la provisión de
servicios sociales a la dependencia como un nuevo derecho universal y subjetivo de ciudada-
nía. El propósito con el que se diseña es el de garantizar la atención y cuidados a las personas
en situación de dependencia, dando así cobertura a las necesidades de los familiares y, muy
especialmente, a las mujeres (Rodríguez Cabrero, 2007).

El Sistema de Autonomía y Dependencia en España: ¿del cuidado familiar a la atención pro-
fesional?

Como consecuencia de la denominada crisis de los cuidados, en el año 2007 se aprueba en
España la LAAD, al objeto de desarrollar un sistema de cuidados que preste atención universal
a las Personas Mayores y personas con discapacidad en situación de dependencia. Se imple-
menta un catálogo de servicios profesionales que abarcan la atención domiciliaria, la atención
residencial, los centros de día y ocupacionales, la teleasistencia y la asistencia personal. Tam-
bién se diseña una prestación económica excepcional para los cuidados familiares. La propia
LAAD en la exposición de motivos describe que:

La atención a este colectivo de población se convierte, pues, en un reto ineludible para
los poderes públicos, que requiere una respuesta firme, sostenida y adaptada al actual
modelo de nuestra sociedad. No hay que olvidar que, hasta ahora, han sido las familias, y
en especial las mujeres, las que tradicionalmente han asumido el cuidado de las personas
dependientes, constituyendo lo que ha dado en llamarse el «apoyo informal». Los cambios
en el modelo de familia y la incorporación progresiva de casi tres millones de mujeres, en
la última década, al mercado de trabajo introducen nuevos factores en esta situación que
hacen imprescindible una revisión del sistema tradicional de atención para asegurar una
adecuada capacidad de prestación de cuidados a aquellas personas que los necesitan (Ley
39/2006, de 14 de diciembre, de promoción de la Autonomía personal y Atención a las
personas en situación de dependencia. Artículo 2. Boe, 15.12.2006).

Frente a la desestabilización del modelo tradicional de reparto de las responsabilidades de
cuidados, la filosofía de esta política pública señala al Estado como agente principal en la
provisión del cuidado a las personas en situación de dependencia. El diseño de la LAAD suscita
un nuevo pacto entre el Estado y la sociedad, constituyendo una red de servicios sociales

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