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FUNDACIÓN CASER





            2. el cuidado y sus Modelos teóRicos: la co(existencia) entRe el cuidado inFoRMal y
            cuidados FoRMales.


              El marco conceptual del cuidado es una tarea compleja debido a su polisemia y a la ausencia
            de correspondencias automáticas entre idiomas. En francés soins (cuidado) está orientado a
            cuidados de enfermería, es decir, aquellas actividades de carácter físico o instrumentales (Du-
            rán, 2011). La Real Academia de la Lengua Española define el cuidado en su segunda acep-
            ción, como la acción de cuidar poniendo el énfasis en la preocupación, el interés y la atención,
            tomando como ejemplos cuidar a un enfermo, la casa, la ropa (Minguela, 2016). En inglés care
            presenta una mayor polisemia al estar el verbo condicionado a la preposición que le acompañe,
            por ejemplo, caring about trata de hacer consciente la necesidad de un tercero, que tiene esa
            predisposición moral de atención (Tronto,1998).

              La literatura científica trata de crear un marco común que permita delimitar conceptualmente
            el cuidado. Desde una perspectiva generalista Tronto y Fisher (1990) estructuran el cuidado
            como una actividad esencial y sobre la que se articula la vida humana. La perspectiva feminista,
            recopilada en el trabajo de Tobio (2012), resalta a Chodorow (1978), Noddings (1984), Gilligan
            (1985), Delphy (1987) y Daly y Lewis (1998) como contribuciones de referencia para la (re)cons-
            trucción de los conceptos cuidado y desarrollo de modelos teórico al respecto (Tobio,2012,
            405). Así, Tobio et al. (2010) argumentan el cuidado “como herramienta intelectual que identifica
            y describe las diversas actividades y prácticas sociales encaminadas a asegurar la superviven-
            cia básica de las personas a lo largo de la vida” (p.19).

              Carol Thomas, en la línea de avanzar en la construcción de un marco teórico común sobre el
            cuidado, analizó, en 1993, los principales trabajos reflexivos y empíricos sobre cuidados rea-
            lizados, por Hilary Graham, Roy Parker y Clare underson, durante la década de los ochenta y
            noventa del siglo pasado. El resultado de su trabajo le permitió desglosar y argumentar las siete
            dimensiones de cuidado (1993 [2011], p.148-151):

              1.La identidad social de la persona cuidadora.
              2.La identidad social de la persona receptora de cuidados.
              3.Las relaciones interpersonales entre la persona cuidadora y la receptora de los cuidados.
              4.La naturaleza de los cuidados.
              5.El dominio social en el cual se localiza la relación de cuidados.
              6.El carácter económico de la relación de cuidados.
              7.El marco institucional en el que presentan los cuidados.


              La conclusión a la que llegó fue que “los cuidados es una categoría empírica, pero no teó-
            rica. Las formas de cuidados y las relaciones entre estas se tendrán que seguir teorizando en
            función de otras categorías teóricas” (Thomas, 1993 [2011], p.174). Entre las potencialidades
            de estas dimensiones se encuentran la posibilidad de desglosar y argumentar las principales





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