Una voluta
de amor
Antonio
Luis Vera
III Premi 2007
59
Conta’m, dona
III Premi 2007
¡Si no lo hubiese sabido nunca!
¡Lo que no se sabe es como si no fuera!
Jacinto Benavente
A mí, antes, cuando alguna de mis amigas decía
que no se debía fumar en público, nunca me hacían
chiribitas los nervios. Y no es que no fumara porque,
aunque yo nunca he fumado mucho, no por eso voy
a pretender que el mundo gire alrededor de mi om-
bligo, aun siendo un ombligo precioso, que lo es.
Al contrario. El aroma del tabaco, lo mismo que mi
ombligo, siempre me ha gustado. E incluso ahora, a
pesar de los pesares, me sigue agradando, sobre todo
en los hombres. Siempre me ha parecido un aroma
tan voluptuosamente varonil, tan a bicho silvestre o
mula de carga, porque la mayoría de los hombres, se
diga lo que se diga, son unos animales, que todo hay
que decirlo, que vienen a endulzarle la tarde a una
con una tontería y les huele el piropo a rebuzno de
mula, porque, aunque Chuchi me dice que soy una
exagerada y una esnob con eso del eco bucal que
ellos tienen, mi amiga Cuquita, que igualmente los
conoce, piensa lo mismo que yo, opinando también
que, lo que le pasa a Chuchi es que lo masculino no
le afecta al olfato, y es que a ella los hombres, cuan-
do nos vamos las tres a tomar un café a una de esas
terracitas tan monas, nunca le dicen siquiera «ahí te
pudras» con una desgraciada mirada... Pero, en fin,
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