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LA EDuCACióN iNFANTiL EN ALEMANiA





            6. conclusiones.


              Alemania, al igual que el resto de los países de su entorno, se encuentra inmersa en un
            profundo cambio demográfico y de los modelos familiares. En las últimas dos décadas la
            educación infantil se ha convertido en uno de los instrumentos centrales de las políticas familiares
            alemana, intentando impulsar una transición de unas políticas familiares de corte tradicional a
            otras más cercanas a postulados escandinavos. En el desarrollo de algunos instrumentos de
            políticas familiares, el Gobierno alemán ha tomado explícitamente como referencia a Suecia
            (wüst, 2008), país en el que un porcentaje importante de las madres consiguen reingresar
            al mercado de trabajo después de interrumpir la actividad laboral para dedicarse al cuidado
            de sus hijos. (Kenyo, 2005) Esta nueva política intenta romper con “el modelo secuencial de
            actividad, en el que se produce una alternancia entre periodos laborales y periodos de vuelta al
            hogar para una parte importante de las mujeres, a pesar del incremento global de la actividad
            femenina (…)” (Fernández, 2005: 64 y s.).


              El Gobierno federal, los gobiernos regionales y los municipios han hecho un esfuerzo
            considerable para ampliar el número de plazas de la educación infantil y mejorar la calidad de
            la atención. La mejora de la infraestructura de la atención infantil ha sido considerable, al menos
            en lo que se refiere al incremento del número de plazas.


              Podemos constatar una similitud de los discursos políticos del Gobierno alemán y de las
            instituciones europeas. No obstante, y a la vista de la incapacidad de muchos Estados Miembro
            de cumplir los objetivos específicos para la atención infantil, la uE ha optado por sustituir estos
            indicadores cuantificables por objetivos relacionados con la calidad. En Alemania, los criterios
            de calidad no sustituyen a los indicadores objetivos como la tasa de atención, sino que los
            complementan. De todas maneras, llama la atención la poca influencia que las recomendaciones
            e iniciativas de la uE en esta materia tienen sobre las políticas alemanas.


              Los motivos para este cambio de políticas familiares alemanas, centradas en apoyar las familias
            tradicionales, son muy diversos. Además de adecuar las políticas públicas a las realidades
            sociales y, en concreto, al fuerte incremento de las parejas y los hogares monoparentales, la
            ampliación de la educación infantil trata de impulsar el empleo femenino, mejorar la conciliación
            familia / trabajo y combatir la pobreza infantil y la exclusión social. Este enfoque multidimensional
            encierra varios riesgos:


              - pretende afrontar a través de una mejora de la educación infantil situaciones de exclusión
              sistémica generadas por políticas laborales (desregularización del mercado de trabajo),
              recortes sociales (reforma de las prestaciones no contributivas) y discriminación educativa,
              - mantiene la compartimentalización de las políticas para la infancia y renuncia a implementar
              una política integral, centrada en combatir la exclusión de los colectivos más vulnerables,
              - refuerza un modelo familiar a medio camino entre el tradicional (sustentador principal /





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