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LA EDuCACióN iNFANTiL EN ALEMANiA
5.3. diferencias en el acceso a la educación infantil.
La ampliación de plazas en la educación infantil no ha supuesto un incremento significativo del
uso de estos servicios por parte de familias con ingresos bajos o de origen migratorio (Hanesch,
2017). Como señalan van Santen y Prein (2013) el uso de la oferta institucional de educación
infantil depende de diversos factores como los ingresos de la unidad familiar, el coste directo
e indirecto de la educación infantil, la distancia del hogar de los centros de educación infantil,
los costes de oportunidad, la alternativas informales, la densidad de la oferta, los modelos
familiares y de atención de los niños, las aspiraciones educativas de los padres para sus hijos,
el trasfondo educativo de los padres, etc. El informe Nacional sobre la Educación de 2016
concluye que el incremento de la educación infantil no ha logrado reducir las desigualdades en
el acceso al sistema educativo (Nationaler bildungsbericht 2016: 70)
5.3.1. Nacionalidad.
El Gobierno Federal señala en que solamente el 22% de los niños inmigrantes menores
de tres años hace uso de la atención 0-3 formal frente al 38% de los niños no-inmigrantes
(bundsregierung, 2017). La diferencia es inferior a partir de los tres años de edad (90% y 97%
respectivamente).
Stahl (2015) señala que existen tres criterios de calidad en los centros de educación infantil.
En primer lugar, la calidad de los procesos, que analiza las interacciones diarias. En segundo
lugar la calidad del enfoque del centro y, por último, la calidad estructural que analiza la dotación
de personal, su formación, etc. Según Lehrl (Lehrl et. Al., 2014) los hijos de inmigrantes tienen
una probabilidad menor de acudir a una guardería con una buena calidad de los procesos (ver
también Kuger y Kluczniok 2008).
Como señalan Ebert et al., (2013), ni la calidad procesual ni la estructural tienen efecto alguno
sobre el aprendizaje del idioma de los menores. Si lo tiene, sin embargo, la proporción de niños
de origen migratorio en los grupos. La ampliación de la oferta de educación infantil no ha llevado
a un proceso de desegregación étnico (Gambaro, 2017) ya que la educación infantil reproduce
la segregación residencial. Más de un tercio de los niños, cuya lengua materna no es el alemán,
acuden a un centro de educación preescolar en la que más del 50% de los niños procede de
familias con una lengua común diferente al alemán. Esta situación es especialmente llamativa
en las grandes aglomeraciones urbanas, en las que afecta a más del 50% de los niños con
otro idioma materno. No obstante, el aumento del uso de la atención formal por parte de niños
extranjeros ha sido especialmente fuerte, alcanzando el 41% entre 2007 y 2017. (Nationaler
bildungsbericht 2018)
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