Apuntes de una chica con gato
110
van minando, a pasos agigantados, mi pobrísima paciencia.
Spiderman/Spiderwoman.
Los nervios no han resistido el desafío. La cena de anoche casi
concluye conmigo arrodillada frente al retrete, cuando una de
esos demenciales insectos, usó mi yogur desnatado con cereales
de hangar. No experimentaba tal sofocón desde que mi ex me
anunció, sin melindres, su irrevocable determinación de largarse.
Además, cinco minutos antes del incidente, Cianuro se había es-
trellado contra la pata de la mesa por perseguir un ejemplar verde
irisado que debió parecerle especialmente apetitoso, y aún cami-
na como atontado.
Esto lo arreglo yo en menos que canta un gallo; en cuanto abran
las tiendas compro el peor D.D.T. que se fabrique. Barajando po-
sibilidades destaca como la solución perfecta. Los clásicos fun-
cionan siempre, porque la idea, el delirio, de coserle a un pijama
negro ocho patas peludas, seguro que no me facilita el sueño.
Dicho y hecho. De nuevo en mi territorio, agito con ganas el bote
y pulverizo al alto el mortífero veneno. Una pulsación generosa,
otra, otra, otra, más, la siguiente… Noto cómo una sonrisilla ren-
corosa me ilumina al rostro al acordarme del idiota de mi ex,
mientras me aplico –como una profesional sin escrúpulos– en in-
fligir el castigo. Menos mal que estas perturbaciones morbosas
son desquites ilusorios solamente. Una se caracteriza por un equi-
librio mental sin fisuras, aunque en ocasiones, me cueste el traba-
jo de un buey mantener los instintos primitivos a raya. ¿Quién no
ha acariciado nunca la idea de sincerarse a la brava con su jefe?,
por ejemplo. Pues eso, que la cautela, la educación y las formas
nos libran de muchos problemas.
1...,100,101,102,103,104,105,106,107,108,109 111,112,113,114,115,116,117,118,119,120,...232