Paradojas
cotidianas
Angeles
Peris García
III Premi 2010
167
Conta’m, dona
III Premi 2010
Septiembre
Ese mes odiado, sin identidad ni aspiraciones, donde
el verano sigue golpeando con supresencia pero
queda desbancado por la publicidad, que nos vende
abrigos, chaquetas de lana y banalidades que llenan
nuestra vida por fascículos. Un día de este mes, de
algún año cercano, futuro o pasado, caminaba Neus
por la calle, sudando, camuflando sus ojeras con
unas gafas de sol, haciael colegio de su hija, hacia
las afueras del pueblo, hacia unos barracones donde
se acumulaban niños y niñas como números en las
cuentas de un político más preocupado por su bol-
sillo que por su municipio. Neus se aseguró de que
no pasaran coches por la calzada, mirando a ambos
lados por una calle sin señalizar en un pueblo con
alma de ciudad, en una zona recientemente urban-
izada, desértica, aún en construcción, obedeciendo a
esa absurda moda de crecer sin necesidad y sin sen-
tido. Bajó de la acera vallada, sobre la cual se amon-
tonaban cientos de ladrillos y toneladas de arena. El
silencio y el asfalto bajo sus pies vertían sobre ella
una sensación de soledad que siempre la sobrecogía
cuando caminaba por ese barrio, junto a los carteles
publicitarios que anunciaban tacones y rebajas, que
eclipsaban el poco terreno de huerta que sobrevivía
tristemente encerrado entre cemento y condenado a
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