II Premi 2010
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Conta’m, dona
de vencer este mal. Siento la bendición y la esperanza de poder
reconstruirme con cirugía en un futuro próximo, y mis angelitos
(aquellas que no sobrevivieron) me dan la fuerza día a día para
vivir en la lucha, de esa enfermedad a la que uno se enfrenta por
el mero hecho de ser mujer. Un mal que no conoce fronteras, que
es inesperado y poco selectivo.
A jugar a mantener el agua entre mis dedos, por mas tiempo,
a vislumbrar mas allá. Porque como dijo una de esas valientes:
“Solo cuando quería rendirme y desparecer, entendí lo que de-
fine, ser una mujer”