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LA EDuCACióN iNFANTiL EN ALEMANiA

Como señalan bothfeld y Essen (2018), la atención 0-3 años puede ser útil para lograr estos
objetivos siempre y cuando exista una concordancia entre la calidad y la cantidad de las plazas.
Solamente una educación infantil de alta calidad puede ser útil para compensar las lacras de
un sistema educativo sumamente segregativo (bothfeld y Essen, 2018; Riedel, 2016). El propio
Gobierno reconoce que “para lograr una mayor equidad de oportunidades y educativa de los
niños y para mejorar la conciliación familia y trabajo es necesario no solo disponer de una oferta
de atención infantil cuantitativamente suficiente sino también de una educación infantil con una
elevada calidad pedagógica, centrada en los niños. Si bien la calidad no ha caído a lo largo
del proceso de ampliación de la educación infantil (por lo tanto no ha mejorado la cantidad a
cambio de una merma de la calidad), todavía persiste la necesidad de continuar su desarrollo, en
especial para poder apoyar mejor a niños de entornos sociales vulnerables” (bundesregierung,
2017: 221).

La renovación de las políticas familiares alemanas ha ido acompañado de un considerable
cambio en las opiniones y percepciones familiaristas de la población. Como señala la OCDE
(2016) Alemania un porcentaje muy elevado de la población da preferencia a un reparto
equitativo de las tareas domésticas. Sin embargo, como señalan Pfau-Effinger y Euler (2014),
el cambio se produce manteniendo la senda establecida del modelo familiar alemán. Alemania
junto a Suiza y Austria forman parte del grupo de países con un modelo familiar basado en
el sustentador masculino, relega a la mujer al papel de ama de casa pero a la vez incorpora
elementos de conciliación. Dinamarca, Finlandia y Suecia, por el contrario, pertenecen a otro
grupo de países basado en un modelo familiar con un doble sustentador y cuidados familiares
públicos. Estos autores destacan un cambio importante en las opiniones en Alemania a favor
de una mayor igualdad de la mujer en todas las dimensiones: participación de la mujer en el
mercado de trabajo y tipo de educación infantil preferida y reparto de las tareas domésticas.

4. las Políticas euRoPeas.

Las políticas europeas en materia de educación infantil han experimentado una evolución
similar a las descritas para Alemania. El planteamiento inicial de las instituciones Europeas
manejaba criterios sobre todo cuantitativos (Comisión Europea, 2018): se trataba simplemente
de incrementar el número de plazas de educación infantil. Posteriormente las propuestas han
ido incorporando criterios de calidad para la educación infantil. Esta ampliación del foco de
atención en las políticas de educación infantil también puede observarse en otras instituciones
como la OCDE (Campbell-barr y bogatic, 2017).

La Recomendación del Consejo sobre el cuidado de los niños y de las niñas (92/241 /CEE)
de 1992 liga la educación infantil a la situación laboral de los padres: “el establecimiento de
servicios de cuidado de niños y niñas” siempre y cuando los padres y madres estuvieran estén
trabajando, recibiendo educación o formación con vistas a la obtención de un empleo, llevando
a cabo gestiones para obtener un empleo o una educación o formación con vistas a la obtención

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