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HuMANizACióN SANiTARiA, GESTióN CLiNiCA Y DERECHOS HuMANOS
4. una oRganización MÁs HuManista.
El lenguaje crea la realidad, en palabras de Ludwig wittgenstein (1975), tal vez estos términos
ayuden a percibir y crear lugares reales de dignidad para las personas, que acentúen el profe-
sionalismo sanitario. una condición necesaria, pero insuficiente.
Es un hecho que la tecnología tiende a crear espacios más deshumanizados, pero no porque
sea en sí misma inhumana, sino porque ciframos todos los resultados en un aparato y el profe-
sional se oculta demasiado tras esa tecnología; es bien cierto que la informática, por ejemplo,
ha logrado facilitar y ayudar en el desarrollo asistencial, pero a la vez es recurrente que solemos
atender más al monitor del ordenador que al propio paciente, como fenómeno repetido en
nuestras consultas. La humanización resulta obvio que depende de la persona y cómo utiliza
esa tecnología. Ciencia, Tecnología y Humanismo resulta una tríada que debe estar armoniosa-
mente equilibrada para un adecuado y óptimo desempeño profesional; no es sólo, insisto, una
cuestión de tiempo, factor condicionante sobre todo en su gestión, dado que no es un valor
absoluto; es mucho más condicionante el factor actitud, como elemento sustancial de una
atención personalizada. Asistimos cada día a situaciones en las que el tiempo es el mismo, pero
no la actitud, siendo entonces los resultados bien diferentes. La humanizacion de la asistencia
en su núcleo, es humanización de la conducta profesional, es la personalización respetuosa del
cuidado del profesional hacia el paciente. El logro de una organización humanizada se alcanza
a través de un trato humano y compasivo del profesional, que puede verse más facilitado si la
gestión organizacional orienta la acción hacia ese objetivo; cuando ese objetivo, en forma de
principios y valores estratégicos, no depende de la actitud voluntarista de cada uno.
Los factores que producen deshumanización son ciertamente complejos y variados, unos en
relación con la formación de los profesionales y otros en relación con la gestión de la organiza-
ción. Los pacientes en su condición de ciudadanos también ejercen una influencia indudable
como factor social, aunque en ninguna empresa del sector servicios se imputaría un cierto mar-
gen de causalidad a los clientes. Está claro que en donde se está debatiendo este asunto en
mayor medida es en el ámbito sanitario público, con una relación laboral más compleja que en
la sanidad privada, en donde este concepto se maneja con mayor efectividad y han avanzado
antes con cierta decisión comercial.
En lo que concierne al ámbito público, estamos abordando una primera etapa, muy inicial,
de lo que para algunos es un cambio de paradigma. Ya nos hemos convencido de que el pa-
ternalismo médico es un hecho del pasado, e incuso en los debates clínicos se maneja esta
afirmación, a pesar de que no se traslada a la práctica clínica plenamente, pero nadie entra en
discusión sobre ello. En un próximo futuro debe ser el paciente y no los procesos clínicos, quien
debe estar en el centro de la gestión de las organizaciones sanitarias. Es un requisito impres-
cindible la escucha empática y continuada de las personas protagonistas del Sistema Sanitario,
pacientes, familias y cuidadores, así como a los profesionales, como actores principales de una
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