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HuMANizACióN SANiTARiA, GESTióN CLiNiCA Y DERECHOS HuMANOS

Se hace necesario tener en cuenta referencias más estructuradas, que articulen un desarrollo
amplio, integrando necesidades de las personas, usuarios y profesionales. A semejanza de la
pirámide de Maslow, la siguiente pirámide puede reflejar los niveles para una humanización
profunda, a semejanza de otra superficial que puede quedarse sólo en algo estético que no cala
en actitudes basadas en valores y principios.

imagen 3: Pirámide de la Humanización.

Fuente: Callabed, J. (2016).

En este sentido cabe destacar una práctica que facilita las relaciones y mejora la vinculación
con el paciente. Se trata de la empatía en su nivel superior, me refiero a la Compasión, como
cualidad de las personas mediante la cual no sólo se comprenden los sentimientos de los de-
más, sino que se detecta el sufrimiento como estado desfavorable para el paciente, tratando
de manejar esa situación desde la relación de ayuda profesional. Cuando no existe compasión,
entendida en el sentido expuesto, hay deshumanización. La neutralidad afectiva en el ámbito
profesional como modelo en la atención se cuestiona de forma evidente. Se considera que la
neutralidad afectiva no es tal en cualquier ámbito y tampoco en este sanitario, al producir resul-
tados agresivos y ofensivos en el paciente. Existe correlación directa entre aquellas personas
que actuan con generosidad y se implican en actividades de ayuda con una mayor esperanza
de vida. Existe coincidencia en Psicología sobre un aspecto interesante y obvio, acerca de la
importancia de la calidez en el vínculo interpersonal por estudios sobre apego en niños: para el
sistema nervioso humano la neutralidad afectiva no es neutra, sino que es amenazante (Tronick,
2007).

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