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LA iMPORTANCiA DE LA EDuCACióN iNCLuSiVA EN LA CONSOLiDACióN
DEL ESTADO DE biENESTAR EN ESPAñA

3.3. Beneficios y ventajas de la educación inclusiva como garantía del estado de bienestar.

Llegados a este punto es importante justificar qué supone la educación inclusiva con respec-
to al resto de propuestas educativas pasadas o modelos imperantes para entenderla como el
planteamiento educativo clave entre los pilares del sistema educativo.

Nos centraremos en aquellos aspectos, que tal y como hemos contemplado anteriormente,
tienen relación con la repercusión social y su incidencia en el logro de un Estado de bienestar
social.

En primer lugar, se expone que la finalidad de la inclusión es más amplia que la de la integra-
ción u otros modelos educativos ya que vela por hacer efectivo a toda la población el derecho a
una educación de calidad (Cobo y López, 2012). Y para esto, se centra en pautas de actuación
orientadas como bien señalan Arnáiz (2003) y Moriña-Díez (2002), en la resolución de proble-
mas en colaboración, la equidad, cooperación y solidaridad, entre otras. Fomentando la valora-
ción de las diferencias y entendiéndolas como una oportunidad de enriquecimiento mutuo para
todos los agentes de la sociedad.

En segundo lugar, en la inclusión las necesidades de todos y cada uno de los miembros de
la comunidad educativa se convierten en necesidades de la escuela y se opta por un proyecto
común, al tiempo que se adopta una serie de valores y actitudes que van cuajando en una cul-
tura común de apoyo mutuo, de modo que todos puedan sentirse valorados y aceptados como
pertenecientes a una única comunidad y valiosos para la misma. La inclusión transciende en el
ámbito de la escuela y de la educación porque supone un pensamiento social transformador,
llegando a constituir una verdadera filosofía de la inclusión a todos los niveles. La inclusión, por
tanto, tiene relación con el desarrollo de sociedades que acogen la diversidad y desde este
punto de vista la educación inclusiva propone una ética basada en la participación activa, social
y democrática y, sobre todo, en la igualdad de oportunidades; es decir, la educación inclusiva
forma parte de un proceso de inclusión social más amplio (Parrilla, 2002).

En tercer lugar, en base a la literatura científica sobre el objeto de estudio (Stainback y
Jackson, 1999; Giné, 2001; blanco, 2010; Echeita y Sandoval, 2002; Arnáiz, 2003; Echeita,
2008; Muntaner, 2010) podemos clasificar los objetivos de la educación inclusiva en tres
grandes líneas de actuación que suponen beneficios o ventajas directamente relacionados con
el Estado de bienestar y son las referidas a lo siguiente:
• Promover la justicia.
• Trabajar con sentido de comunidad.
• Lograr una educación de calidad.

Por último, resulta imprescindible señalar las reflexiones de Huete (2018) referidas a la inclu-
sión educativa y su estrecha relación en la promoción de un desarrollo social justo y equitativo.

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